- 8 agosto, 2016
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- Categoría: actualidad
La empresa lamenta que los establecimientos hosteleros mantengan
en sus mesas la presencia de botellas de cristal a las que extraen el tapón dosificador para rellenarlas con aceite de oliva que puede ser virgen extra o no
Jaén, 8 de septiembre de 2016. Interóleo lamenta, una vez más, las piedras que el sector productor tiene que seguir esquivando para conseguir posicionarse en un mercado difícil y volátil. A la venta a pérdidas promovida por la gran distribución para rebajar indiscriminadamente el precio del aceite y banalizarlo, la empresa une una nueva denuncia, puesto que, dos años después, sigue sin cumplirse la normativa de las aceiteras irrellenables en el canal Horeca, lo que perjudica notablemente no solo a los olivareros y a las empresas comercializadoras, sino también a los consumidores.
Interóleo critica que los establecimientos hosteleros, tanto hoteles, como bares y restaurantes, mantengan en sus mesas de cara al público la presencia de envases rellenables. Eso sí, irónicamente han tenido la sutileza de cambiar las aceiteras por botellas de cristal a las que extraen el tapón dosificador para rellenarlas con aceite de oliva que puede ser virgen extra o no. Consideramos desde Interóleo que es de sentido común que la hostelería utilice envases irrellenables, porque de esta manera se garantiza la calidad y la seguridad del aceite que se consume, ya que las botellas van acompañadas de una información y, por supuesto, de todo un esfuerzo colectivo que hay que preservar en su presentación al consumidor.
En nuestra opinión, el uso de botellas que, en su día sí eran de virgen extra, puede conllevar al error a los consumidores, puesto que en muchos casos desconocen si el producto que hay en su interior es realmente de la calidad que pone en la etiqueta o, por el contrario, es virgen o simplemente aceite de oliva. Además, Interóleo recuerda a los consumidores que los establecimientos hosteleros tienen la obligación de ofrecer aceite de oliva virgen extra en botellas irrellenables para aderezar sus platos. De ahí que también hacemos una llamada a la Administración para que se ponga manos a la obra y haga cumplir su propia normativa, que entró en vigor el 1 de marzo de 2014.
Interóleo también considera que el uso de botellas rellenables hace un flaco favor al sector productor, que lucha constantemente por obtener unos precios justos y, sobre todo, apuesta por una calidad del aceite que se ve en entredicho con la actitud de algunos establecimientos hosteleros. No cabe duda, a nuestro juicio, que si se aplicara realmente la normativa y hoteles, bares y restaurantes utilizaran botellas de aceite de oliva virgen extra irrellenables, los ciudadanos descubrirían sus características nutricionales y saludables y sería una magnífica promoción para aumentar el consumo, tanto nacional como internacional.